«El informe del caso describe la inhalación accidental de un condón por parte de una adolescente mientras practicaba una felación. La paciente sufrió de tos persistente, esputo y febre durante seis meses y no mejoró con antibióticos ni con el tratamiento antituberculoso establecido por varios facultativos.»

Mauro López Banegas, el chico de siete años que aspiró purpurina hace unos 20 días en su casa de Santiago del Estero, está con muerte cerebral y se encuentra internado en coma farmacológico. Ayer al mediodía le terminaron de hacer los estudios neurológicos y el equipo del Centro Provincial de Salud Infantil (CePSI) pudo constatar que los resultados son negativos. “El estado es desesperante, entramos en un período donde hay que esperar a ver qué pasa. El niño tiene respirador artificial.

Sentados en un escalón de la tienda de Apple en la plaza de Catalunya, en el corazón comercial de Barcelona, ajenos a todo lo que les rodea. El resto del mundo no va con ellos. Uno saca una bolsa de plástico e inhala los vapores tóxicos de un disolvente, probablemente pegamento. Los transeúntes que se dan cuenta tuercen el gesto sin dejar de andar. Sus amigos, ni se inmutan.

Sucedió a mediodía y estaba sola en casa. Todo parece indicar que utilizó el producto en el fregadero de la cocina tal y como indican las instrucciones. Algo fue mal, tal vez algún tipo de reacción química a tenor de lo ennegrecido que resultó el fregadero, tal y como confirma el atestado policial. La misma que le provocó un fallo respiratorio severo. Consciente en todo momento, tuvo tiempo de salir a llamar a sus vecinos de puerta, que desgraciadamente no se encontraban en casa. Cuando fue encontrada, estaba muy próxima al ascensor.

Esra Haynes murió después de inhalar los vapores de una lata de desodorante, lo que le provocó un paro cardíaco el pasado 31 de marzo. A veces, las tendencias en internet van demasiado lejos. Un ejemplo de estas es la que parece haberse originado en las redes sociales y que tiene a los expertos preocupados y advirtiendo a los padres. El 'chroming', o cromado en español, prendió las alarmas sobre este reto al cobrar la vida de Esra Hayes en Australia.