por
--599848-- a
elobservador.com.uy enviado:
____ En una noche fría de diciembre a fines de los años 50, el psicoanalista japonés Takeo Doi estaba de guardia en el hospital cuando recibió una visita aparentemente intrascendente. Un paciente se acercó a Doi, sin anunciar, para preguntar si podía irse a casa en las vacaciones de año nuevo. Perplejo ante por qué el paciente necesitaba de su aprobación y sin humor para empatizar o relacionarse, Doi respondió: "Como quieras". Quizás la demanda de un tratamiento especial le pareció narcisista o traspasó algún código íntimo, pero, cualquiera que...