Menorca es muy pequeño, nos conocemos todos. Mi amigo Luis Prieto, jefe de Traumatología del hospital Mateu Orfila, me contó que lleva 20 años formando un equipo de traumatólogos llegados de Venezuela, Perú o Argentina, entre otros países. Captar a médicos para que vengan a Menorca es muy difícil, y de pronto se planteaban marcharse por el título lingüístico. Dije: "no puede ser. Tenemos que hacer algo".