La pequeña isla de Mayotte, que Francia controla desde 1841, pasó a ser un departamento de ultramar de la República en 2011, lo que significa, en teoría, que allí se aplican las mismas leyes que en París, Marsella, o cualquier otro lugar del país. Pero debido a la inmigración masiva que la isla ha estado experimentando desde hace un tiempo, el gobierno del presidente Emmanuel Macron está contemplando acabar con el sagrado principio tan francés de igualdad para todos.