Es otro de esos capítulos -uno más- en los que los de Génova tienen que defender lo indefendible, justificar lo injustificable… pero a pocos meses de las Generales, los efectos no son los mismos.Fernández Díaz, tan lenguaraz cuando le interesa, está callado, mudo, aunque desde Interior sí se ha mantenido que hubo transparencia y no se ocultó el encuentro… claro, no se ocultó una vez que éste se produjo y fue destapado. Aquello no fue un gesto de transparencia, sino de desfachatez.