Mientras los autobuses del área metropolitana de Madrid envejecen, multiplican sus averías y sufren incendios en verano, la red de autobuses interurbanos, que gestionan empresas privadas, renueva flota cada cuatro años con nuevas unidades. La doble realidad entre el empeoramiento del servicio público y la mejora del privado es otra consecuencia del sistema de financiación de los autobuses, modificado por Ignacio González y Ana Botella el año pasado, hace que la EMT pierda 12 millones y premia a las compañías que ofrecen las rutas interurbanas.