Charlie Hebdo ilustró con este cómic una realidad que está sucediendo hoy en Francia, y en diferentes países del mundo: jóvenes de familias de clase media que entran en contacto con el Estado Islámico a través de las redes sociales y videojuegos, y terminan alistándose como combatientes en Irak o Siria. Los terribles asesinatos de París de ayer, han tenido una respuesta común: la culpa es de los otros. Los laicistas culpan a todas las religiones, los prooccidentalistas culpan al Islam, etc.