Ni susurros ni leches: la vida en la fría tundra es dura. Así que si eres de los que suelta un ¡aaag! a nada que te mencionen la castración de un perro o un gato doméstico mejor no veas este vídeo, en el que un rudo paisano noruego realiza la peculiar operación en vivo y a mordiscos, sin anestesia ni paños calientes.. Según dicen los lugareños esto hace que el animalico mantenga la testosterona y pueda sobrevivir mejor sin gastar energías en el apareamiento.