Empecemos por el problema: en su ardua tarea de reconstruir la historia de nuestra especie y de dónde procede el ser humano, los paleontólogos no habían encontrado, hasta ahora, cráneos completos de entre hace 10 y 14 millones de años. ¿Por qué es importante esta época concreta? Porque las últimas teorías apuntan a este punto de la prehistoria, en torno a los 13 millones de años, cuando los humanos y los chimpancés comenzaron a separarse desde un ancestro único.