La Junta de Andalucía ha dado un paso más para la apertura de un hotel de 30 habitaciones y 70 plazas de aparcamiento en pleno Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha otorgado la Autorización Ambiental Unificada (AAU) al proyecto, que pretende rehabilitar el antiguo cortijo Las Chiqueras para su uso turístico. El espacio, donde existen varias edificaciones de lo que antiguamente fue una fábrica de cuerdas de esparto y una explotación agrícola, se ubica a unos 900 metros de la

"Lo que han hecho es un crimen por el que no va a pagar nadie”. Luis, uno de los últimos pescadores tradicionales del Cabo de Gata, se queja de la situación en la que se encuentra desde principios de julio de este año las salinas, un símbolo de la zona...

La fauna marina es una de las grandes perjudicadas de los plásticos y residuos que invaden nuestras playas y mares. Para muestra un botón, o mejor dicho, un coletero. El que tenía en su estómago una lubina pescada en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, en Almería. Fue un pescador artesanal el que extrajo la lubina, hace unos días, y extrañado por la malformación que presentaba decidió abrirla. “Le veía algo raro y se quedó asombrado con lo que encontró”, nos cuenta el buceador.

Ricardo y Luis Guillermo decidieron ir a la playa de Torre García, en el Parque Natural de Cabo de Gata, a pasar el día como en otras tantas ocasiones. En los casi dos kilómetros de longitud que ocupa el arenal suelen estar nudistas, que se sitúan normalmente al lado izquierdo, y textiles, que se colocan en el lado opuesto, aunque en ocasiones se mezclan en un ambiente de normalidad y respeto. Cuando se disponían a ir a bañarse, dos hombres, padre e hijo, les salieron al paso y les impidieron avanzar: "¡Ni un paso más, maricones!", les gritaron

En 2003, hace ya casi veinte años, empezaron las obras del hotel El Algarrobico a unos 50 metros del mar en Carboneras (Almería), en pleno parque Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. No tardó en sonar el teléfono de José Ignacio Domínguez, un militar y abogado madrileño, de biografía sorprendente y fuerte vínculo con Almería, al que avisaron de la aberración que se fraguaba en una zona de alto valor paisajístico. Desde entonces está empeñado en el derribo de un mamotreto.