Imagino que muchos de ustedes andan tejiendo estupendos planes que, sin duda, cumplirán para alcanzar satisfacción momentánea, acaso felicidad de manual de autoayuda. Harán esto, lo otro, lo de más allá; dentro de un orden vírico, quiero decir. Supongo que ahora mismo una gran cantidad de personas se ilusionan gracias a todas las actividades emocionantes que emprenderán cuando suene el clarín de la liberación. Cuando nos permitan pisar el asfalto admito melancólico que preferiré perrear en el hogar. Vamos, lo de siempre.
