Científicos italianos han remitido una carta a la empresa pública Divalterra, antigua Imelsa, en la que advierten a los actuales gestores que irán a los tribunales por las consecuencias derivadas del cierre definitivo del departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia. Avisan que los 10.000 cipreses que cedieron a Imelsa sólo pueden usarse en proyectos científicos y que si se regalan a los municipios habrá consecuencias judiciales por incumplimiento de contrato.

El grupo de cipreses del cementerio de Cacabelos estaba considerado único en el estudio ‘Cipreses monumentales, patrimonio del Mediterráneo’ elaborado por el experto botánico Bernabé Moya, junto a otros estudiosos italianos. Y es que esos 26 ejemplares suponían todo un símbolo del culto a la muerte mediante el árbol tradicional en los camposantos, no solo por su imponente altura, sino también pos su disposición y por su antigüedad, dado que algunos llevaban plantados allí desde hace 150 años, según está documentado