Si, en este pueblo, situado en el noroeste de España en medio de nada o a la mitad de todo dependiendo de cómo se quiera ver está, por ejemplo, la única panadería que produce pastelillos en un horno idéntico, que digo idéntico original a los que se usaban hace siglos, donde hoy una mujer, pequeña, sonriente -con una sonrisa imborrable- se levanta de madrugada a preparar pastelillos y panecillos sefaradís por si alguien pasa por la antigua judería y tiene la curiosidad de conocer también la gastronomía de la zona