Una de las naciones más singulares de Europa es la húngara. Despierta curiosidad por su exotismo, no en vano su procedencia —los Urales— y el mestizaje con los onogures, turcos, ávaros, vikingos, eslavos del este, etcétera han configurado una nación excepcional que, a mayores, en alianza con Austria y hasta que estalló la Gran Guerra de 1914, fue pieza fundamental en la configuración de la Europa central y oriental.