Kira estaba a punto de terminar el curso escolar en su centro de estudios, pero la mañana del 19 de mayo, en lugar de bajar a la calle para ir al colegio, la joven, de 15 años, pulsó el botón octavo del ascensor y se tiró desde la azotea del edificio en el que vivía. "Mi hija estaba el sábado de antes de su suicidio comprándose ropa de cara al verano, bañadores y cosas así. No era una opción que prefiriese morir a ir al colegio", lamenta su padre, José Manuel.