El tratado TTIP permitiría la importación de alimentos de origen animal producidos con antibióticos promotores de crecimiento, hormonas, harinas de carne, aditivos y OMG no autorizados en la UE, y también de carnes de pollo tratadas. Estas prácticas, que permiten que EEUU sea muy competitivo a nivel mundial, son una amenaza para la sostenibilidad de los sectores comunitarios sensibles. Además, existe un amplio rechazo social a que en la UE se comercialicen alimentos producidos con métodos prohibidos según el Modelo Europeo de Producción.