Varias unidades del Ejército han rodeado este sábado edificios de instituciones oficiales y comisarías de Lesoto en un aparente intento de golpe de Estado.La policía militar ha rodeado la Casa del Estado y hay informaciones sobre disparos,ha señalado un diplomático desde la zona

A pesar de que los grandes reyes de África fueron cayendo durante el siglo XX todavía quedan dos pequeños reductos monarquicos en pie aunque pasan totalmente desapercibidos.

Parece una película, pero no lo es. Thomas Thabane, Primer Ministro de Lesoto, no se ha presentado en el juicio por el asesinato de su segunda esposa, cuando iba a ser oficialmente acusado de asesinato, y se encuentra en Sudáfrica en estos momentos.

El primer ministro de Lesotho, Thomas Thabane, ha huido a Sudáfrica cuando estaba a punto de ser acusado ante el tribunal por el asesinato de su ex mujer, en el año 2017.

El primer ministro de Lesoto, Thomas Thabane, sospechoso del asesinato de su primera mujer en 2017, renunció oficialmente a su cargo. Ambos arrastraban un complicado proceso de divorcio que finalizó el 14 de junio de 2017, cuando Lipolelo fue tiroteada a la puerta de su casa, a las afueras de Maseru, capital del país, dos días antes de que Thabane tomase posesión como primer ministro por segunda vez en su carrera. La actual primera dama del país, Maesaiah Thabane, ya está oficialmente acusada por este crimen.

Desafiar las normas culturales y eliminar el estigma es clave para confrontar la cultura de la violación de Lesotho. En Lesoto el 90% de la población reclusa ha sido encarcelada por cargos de delitos sexuales. La última encuesta al respecto se realizó en 2014: se encontró que el 62% de las mujeres encuestadas habían experimentado violencia en la pareja íntima, y un 8% de las mujeres del país reconocieron haber sido violadas por alguien distinto a su pareja.

En Lesoto se producen 484 muertes al año por cada 1.000 habitantes de entre 15 y 60 años. Los adultos, por tanto, tienen una probabilidad de morir de casi el 50% antes de los 60 años, tal y como muestran los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2016. En el extremo opuesto, en Suiza, apenas fallecen 49 adultos por cada 1.000 al año, una probabilidad de morir de tan solo el 5%.