El hackeo masivo de los sistemas federales [de EEUU] anunciado la semana pasada fue mucho más profundo y potencialmente mucho más problemático de lo admitido públicamente, con hackers que se creen chinos moviéndose por bases de datos gubernamentales sin ser detectados durante más de un año. [...] Uno de los "segmentos" afectados incluye los cuestionarios SF-86 de 127 páginas, rellenados por los empleados federales que necesitan autorizaciones de seguridad nacional (...) durante las últimas 3 décadas. (...) 4 millones de afectados.

Los hackers robaron información de unos 21,5 millones de personas a través de un ataque cibernético en una base de datos del gobierno federal de Estados Unidos. La Oficina de Administración de Personal (OPM), dijo que los afectados incluían 19,7 millones de los que se realizó la verificación de antecedentes, y los otros 1,8 millones de personas, en su mayoría cónyuges o compañeros de los solicitantes.

Los hackers que robaron millones de archivos del personal [del Gobierno de los EEUU] también se llevaron 1,1 millones de huellas dactilares, lo que supone un peligro sin precedentes. Es una información extremadamente sensible, debido al creciente uso de escáneres biométricos (...) Esta podría ser una de las peores partes del hack de la OPM, que afecta a 21,5 millones de personas. "Es de todas las agencias federales. Es todo el mundo", dijo un portavoz. Aún peor, esto podría delatar a investigadores encubiertos [bajo falsa identidad.]