Los niveles de deuda pública actuales en España no son mejores que en los años de la crisis de deuda soberana periférica, sin embargo las perspectivas económicas han mejorado notablemente. ¿Qué ha cambiado en este país?. Uno de los factores más influyentes es el que concluye este artículo, y fíjense en su fecha de publicación: en el fragor de la crisis. Poca gente escribía cosas así en aquel momento, y ahora se han demostrado ciertas. El artículo sigue siendo de plena actualidad, sobre todo para aprender de los errores del pasado.

Éste no es un artículo político, va de socioeconomia, y casi todos estamos implicados. No sé si será en esta crisis, en la siguiente, o en la siguiente de la siguiente… pero está claro que el sistema capitalista algún día se vendrá abajo, y puede que uno de los motivos por el que ocurra sea el que aquí se expone. En todo caso, la mejor manera de asegurar la pervivencia de un modelo socioeconómico es adaptarlo y mejorarlo continuamente, a lo cual sin duda contribuye la crítica y auto-critica que la mayoría debemos hacer tras estas líneas.

Publicación del INE que permite tener una visión global, pero al mismo tiempo pormenorizada, de los principales indicadores socioeconómicos procedentes de los Censos de Población y Viviendas 2011. Por primera vez, y gracias a la recogida de las coordenadas geográficas de los edificios, el INE ha sido capaz de generar mapas, independientes de los límites administrativos, con información a nivel de celdas de 1 km2.

Tras todos los titulares del momento en el que este empresario bajó su millonario sueldo para subirselo a todos sus empleados a 70.000$, poco más se ha sabido de las imprevisibles consecuencias de aquella acción, que trascienden los límites de su empresa, e incluso de su estado, y que han levantado sucesivas polémicas entre los detractores y seguidores del ahora mediático empresario.

¿En qué tipo de sistema socioeconómico vivimos realmente? ¿Es un sistema justo? ¿Es socialmente sostenible? Y lo que es más importante... ¿Qué podemos hacer para mejorarlo y lograr que lo sea? Éstas son algunas de las interesantes preguntas a las que el autor da respuesta en este artículo enfocado a los que les gusta preguntarse algo más allá de lo superficialmente evidente.

¿Qué tiene mayor peso en las socioeconomías occidentalizadas? ¿Nuestros votos como votantes o los euros que nos dejamos como consumidores? La cuestión no es baladí, ya que de su respuesta penden nuestros futuros, los de nuestros hijos, y el de este sistema.

Soy plenamente consciente de que las dos preguntas que les planteo en el título de este post no parecen tener absolutamente ninguna relación. La realidad es muy distinta, puesto que ambas están íntimamente relacionadas, y lo que es aún más relevante, en esta entrada vamos a ver qué podría hacer usted para tratar de mejorar la respuesta que le gusta menos.

Tras más de cuatro décadas siendo mayoría en la economía estadounidense, la clase media está ahora mismo igualada en población con el montante conjunto de las clases por encima y por debajo de ella en términos económicos. Un importante giro demográfico que puede estar indicando un punto de inflexión.

¿Se considera usted un demócrata? ¿Es un sistema democrático respetuoso per se con la diversidad de ideas y la pluralidad? En teoría sí lo es, pero cuando este sistema político se combina con la socioeconomía que también rige nuestras vidas, el resultado puede ser sorprendentemente adverso, como queda claramente demostrado en este artículo. ¿Dejamos de ser nosotros mismos demócratas por ello? Tal vez todos estemos contribuyendo inconscientemente en nuestro día a día a finiquitar la democracia.

Desde hace décadas me pregunto qué factores llevan a la rápida evolución socioeconómica de determinados países, la cual a veces tiene lugar incluso después de un conflicto bélico que deja el país como un solar, mientras que otros países por el contrario permanecen estancados durante décadas.

La socioeconomía es una cuestión esencial, tanto a nivel individual, como también para la sociedad en su conjunto, porque éste es un tema en el que la individualidad revierte irremediablemente en lo colectivo. La Socioeconomía es una materia mixta como muchas otras, pero el caso de su desarrollo en nuestras sociedades depende totalmente nuestro futuro y, lo que es aún más importante, de ello depende también el futuro del sistema que dejamos en herencia a nuestros hijos.

Aunque usted no haya invertido en toda su vida ni un solo duro en la bolsa, ésta influye (y mucho) en su día a día. No es sólo por temas económicos y empresariales, sino incluso en temas casi personales que nunca habría imaginado, como por ejemplo la relación con tu jefe o con tus compañeros. Además, hoy por hoy, la actual regulación lo hace de una forma que nos coloca en ese punto de inflexión en que tenemos que replantearnos algunas cosas muy importantes para la viabilidad de los mercados, de nuestras empresas, y de nuestras propias vidas.

Este tema puede parecerles a algunos a primera vista una cuestión banal, pero según este análisis, no lo es en absoluto, y menos aún lo son las implicaciones económicas que conlleva. De hecho, una buena parte de los problemas que sufrimos está relacionada con la incapacidad que tienen algunos políticos, ya no de adoptar, sino de ni siquiera entender actitudes como las que llevaron a todo un ministro británico a dimitir por simples discrepancias personales con el gobierno.

A pesar de que los políticos populistas se aprovechan del pesimismo de la población, estamos mejorando en casi todos los parámetros

Un estudio sitúa a Madrid como la segunda región europea con mayor segregación en las aulas sólo por detrás de Hungría. Baleares, sin embargo, está al nivel de Finlandia. Los autores señalan que la apuesta por políticas como el fomento de la educación privada, la elaboración de rankings y el distrito único fomentan la segregación.

La brecha socioeconómica está marcando el repunte de contagios de la COVID-19 de la última semana en Madrid, un fénomeno que se ha replicado en ciudades como Barcelona, Zaragoza o incluso Estocolmo. La precariedad laboral, la situación económica y las condiciones de las viviendas son los factores que contribuyen a esta diferencia, según los expertos. "Se ha visto en Barcelona, en Estados Unidos o en Estocolmo. El por qué puede ser multicasual: las personas de los barrios más desfavorecidos tienen mayor presencialidad en el trabajo..."