El juzgado de lo Penal número 1 de Vigo condenó en el 2018 al acusado por quebrantar una medida cautelar de alejamiento que le obligaba a alejarse a 200 metros de su expareja, con la que tenía una hija en común, y le prohibía acercarse a 200 metros de ella ni comunicarse. Le impuso la agravante de reincidencia y la atenuante de reparación del daño. Creó un grupo de WhatsApp, incluyó a su exnovia y le envió el siguiente mensaje privado: «te quiero y a la princesa también», «lo siento, solo quiero que se acabe esta pesadilla».