Ya dio alguna muestra de desagrado ante sus primeros amagos de formar eso que él llama “Gobierno de progreso”. Pero, súbitamente, se ha callado. Y así sigue. Con todos a la espera de ver si envía un mensaje rotundo al comité federal del PSOE del día 30, diciendo algo como: “Ni de coña dejen seguir a Sánchez por ahí, busquen otro camino”. Sabiendo lo que piensa de la tóxica sopa de letras imaginada en el búnker de Ferraz, la perseverancia en ese silencio sólo puede responder al temor de que Sánchez y sus seguidores se lancen, como represalia...