Congratula que ahora se empiece a llamar extrema derecha a la escisión del PP que resulta ser VOX. Hemos ganado que se reconozca que Pablo Casado se encuentre cómodo con la extrema derecha de la internacional de Steve Bannon en Europa y, que Albert Rivera, que tras ir en coalición con negacionistas del holocausto, llegó a enarbolar la bandera del antifascismo contra Le Pen para apoyar a Macron, ahora esté dispuesto a aceptar el apoyo de la filial hispana de Marine Le Pen. Tenemos las cartas sobre la mesa. Pero hemos perdido más. Mucho más.