Si "Podemos", el partido de Pablo Iglesias, no se hubiese presentado a las elecciones europeas, hoy, otro gallo cataría en las jaulas socialistas y en los corrales de Cayo. Gracias a las "utopías regresivas de la izquierda", en palabras despectivas de Felipe González, los cimientos del bipartidismo han sentido sus temblores, tras casi cuatro décadas de democracia. Así las cosas, tanto el PSOE como Izquierda Unida tendrán que ponerse las pilas para atraer hacia sus nichos a los exiliados de sus filas.