Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, no creen que el 8-M sea una huelga laboral al uso, porque la ven inserta en una movilización mucho más grande, así que no están difundiendo datos como se hace en otros paros generales, con cifras por sectores y porcentajes de seguimiento. En vez de eso, las centrales han dado una cifra global de participación, basada en las adhesiones que han recabado de comités de empresa y de juntas de personal de todo el país, y a media tarde sumaban –según sus datos– 5.900.000 participantes.