Estábamos todos confundidos, y seguiríamos en nuestro error de no ser porque Rajoy nos lo acaba de explicar con meridiana claridad. Comprende uno la perplejidad del presidente, quien a los mandos del país se encuentra con que todos los demás circulan en dirección contraria como verdaderos kamikazes. Afortunadamente, ha tenido a bien ilustrarnos antes de irse al fútbol, que es una cita ineludible, y nos ha dado una lección de economía y, al mismo tiempo, otra de conducción.