La vida de Emma Rodríguez Pinar, una ciudadana española de 56 años, ha dado un giro de 180 grados en menos de un mes. Cansada de no encontrar trabajo como economista por culpa de su edad y vivir, en parte, gracias a la pequeña pensión que percibe su madre, Ascensión, decidió probar suerte en Argentina. Una vez allí, un catarro mal curado derivó en una neumonía atípica que le ha dejado tocados los pulmones, el hígado y el corazón, y que pone en peligro su vida.