Todos le cogemos cariño a nuestras mascotas. Por eso en ocasiones nos sentimos culpables de tenerlos encerrados, y pensamos que los podríamos liberar. Que vivan libres y felices. El problema, bastante bien conocido pero que se vuelve a explicar en un artículo reciente, es que con esa acción vamos a crear un problema enorme. Esto funciona especialmente con los peces de acuario o de pecera. Los tenemos en “pequeñas jaulas de cristal”, y pensamos que llevándolos a un río o un lago, ellos estarán mejor. Y que un animal tan pequeño, mucho daño no