Es algo que llevamos lustros escuchando (concretamente dos). Hay una absurda división política en España en cuanto a la homosexualidad que es difícil de explicar. El sexo de la persona con la que uno o una mantiene relaciones sexuales se ha convertido, inexplicablemente, en una cuestión política. Dependiendo de con quién te metas en la cama, una gran parte de la sociedad cree que debes pertenecer a un determinado espectro ideológico o a un partido político en concreto. Es como si alguien, por el hecho de ser rubio, moreno...