Un hombre y una mujer fornicando. Otro hombre graba el acto con su móvil y participa después en el mismo. Mientras ellos se van jaleando entre sí en lo que parece más un esfuerzo deportivo que sexual, ella profiere unas palabras que deberían obstruir toda posible discusión acerca de la naturaleza violenta de esas imágenes: “No” y “para”. Cuatro años después, y tras numerosas y espectaculares idas y venidas de los juzgados, tras infinitas portadas, campañas, entrevistas y reportajes en los medios, disponemos ya de un veredicto final.