La libertad plena en la economía de mercado tiende a la producción de, primero, oligopolios y, finalmente, monopolios. Dicha tendencia genera una acumulación de grandes capitales que blindan el mercado haciéndolo impermeable al acceso de nuevos agentes económicos. Además, ejerce una influencia sobre las instituciones publicas susceptible de generar normativas y reglamentos que al adquirir un rango legal benefician su propia posición dominante en el mercado. La defensa de la libre competencia debe comenzar en los niveles mas básicos.