'Por un lado, puede llegar a castigar con penas muy elevadas actividades que no guardan ninguna relación con lo que cabe entender por terrorismo, por ejemplo “hackear” una web alterando su aspecto como forma de protesta, el envío masivo de correos, difundir consignas por Internet, consultar determinadas webs o paralizar un desahucio. Y, por otro, al considerarlas acciones terroristas, permite suspender derechos esenciales, interceptar comunicaciones sin orden judicial previa o detenciones de 5 días.'