Son los hombres que acuden al Tinder e Instagram como si fuera un supermercado de mujeres, una discoteca sin ley en la que todo vale para ligar. Eligen su presas, acosan, capturan sus fotos y se las llevan a otras redes para estudiar con otros hombres cómo atacar mientras comparten sus trofeos. Son los carroñeros de Tinder e Instagram. Personajes que retransmiten sus hazañas y conquistas en otras redes publicando material privado que acaba por todos los rincones de la red.