La prolongada crisis económica ha hecho que muchas empresas españolas que cotizan en el mercado de valores estén en una situación financiera insostenible. Y son los inversores internacionales los que se aprovechan del creciente número de gangas. España está barata y, por tanto, está en venta como consecuencia de la caída experimentada en Bolsa en los últimos años y sus cotizadas están, como se dice vulgarmente, a tiro de OPA. El capital de muchas partes del mundo -como China, Rusia o Emiratos Árabes- aparecen en la lista de futuros inversores.