Tras las últimas municipales de 2015, en las que cosecharon los peores resultados de su historia, los socialistas catalanes están gobernando en las cuatro capitales de provincia. En Lleida con el apoyo implícito de Ciudadanos, en Girona junto a Convergència, en Tarragona gracias al PP y Unió, y en Barcelona de la mano de los 'comuns'.