Las plazas lo acogieron todo: los sueños, la indignación... Después la vida. Del 15-M hoy no queda nada, el descontento se lo repartieron entre los nuevos partidos. Podemos quiso sacar tajada de aquel movimiento ciudadano y poco a poco, desde dentro y desde fuera, les tachan de haberse convertido en “casta”, que no es otra cosa más que ver la realidad desde el interior del sistema y entender que no todo son quitas y rentas universales.