Un folleto dirigido a los donantes enumera una serie de enfermedades que la clínica descarta: TDA, TDAH, autismo, asperger, dislexia y dispraxia. Los expertos debaten sobre si la dislexia, padecida por un 10% de la población, debería ser considerada una discapacidad. Algunos incluso lo ven como una ventaja por las características que lleva asociadas, como pensamiento lateral, razonamiento espacial y reconocimiento de patrones.