El problema de España es que los homicidios imprudentes casi no tienen pena, son básicamente una palmadita en la espalda y nada, como mucho la indemnización a los familiares (amigos y novios o novias no) y a "otra cosa mariposa". Y ojo con la indemnización, que si el dueño o dueña de los chuchos tiene tierras, se las pasa a un testaferro y punto. En estos casos se debería determinar que justo cuando pasa el accidente, todos los bienes del responsable pasan a ser embargables, y si dona, vende o regala algo, eso… » ver todo el comentario