El artículo "Britney Spears’ Shocking Testimony Confirms That She is Truly an Industry Slave", en el que hay un enlace al video con la declaración, analiza el testimonio de la cantante y pone de manifiesto lo que algunos temían --recuerdo el hashtag #freebritney de no hace tanto, www.msn.com/en-us/music/celebrity/longtime-supernumberfreebritney-acti --: durante lustros se han aprovechado de ella y ha vivido controlada y explotada.

Ya son 13 los años que lleva Britney Spears bajo la tutela de su padre, y el conflicto judicial no da muestras de que vaya a solucionarse en un futuro próximo. La princesa del pop no puede decidir acerca de su carrera ni de su patrimonio, y después de sus graves problemas de salud mental es su progenitor, el que gestiona sus decisiones. A raíz del estreno de Framing Britney Spears, un documental que arroja luz a esta situación, el movimiento #FreeBritney ha ido creciendo exponencialmente, exigiendo que la artista vuelva a recuperar la libertad.

Lo de #FreeBritney es brutal. Britney Spears, 38 años, lleva 12 incapacitada legalmente por supuestos problemas mentales. No puede conducir, casarse, ver a sus hijos, gestionar su dinero o hablar de su incapacitación sin el permiso de su padre. Después de su crisis retransmitidia en directo en 2007, su padre pidió su tutela legal, en principio temporal hasta que se estabilizara. Sin embargo, desde ese año, el padre pide la renovación de esa tutela legal y se le concede. La tienen medicada, aislada y controlada.

Una campaña de base para liberar a Britney de la tutela legal de su padre está exponiendo una industria en la sombra que, según los críticos, se aprovecha de los individuos de alto poder adquisitivo bajo coacción mental y emocional.