Ha pasado más de un siglo desde que el Titanic se hundiera, y casi cuatro décadas desde que se descubrieran sus restos, pero una pregunta sigue circulando de vez en cuando (sin ir más lejos, hace pocos días en Reddit): ¿por qué nunca se han encontrado restos humanos de las personas que fallecieron en el interior del famoso barco? 

La historia recuerda que después del hundimiento del Titanic, los buscadores recuperaron 340 cadáveres. Así, de las aproximadamente 1.500 personas que murieron en el desastre, unos 1.160 cadáveres siguen perdidos, ¿dónde están esos restos?

En el año 2004, fue James P. Delgado, director de patrimonio marítimo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), quién publicó una imagen que dio que pensar. Se trataba de una instantánea que mostraba una bota en el fondo del mar cerca de lo que la agencia denominó como un abrigo. “La articulación del abrigo y las botas sugiere en gran medida que alguien vino a descansar aquí”, dijo Delgado. “Este es el primer lanzamiento completo de la imagen completa y el primer titular explícito”.

El lecho marino fangoso muestra signos claros de huella humana. Sí, no se ven muchos huesos en la foto, pero aquí es claramente donde alguien cayó al fondo. Habla poderosamente de que se trata de una tumba.

La imagen mostrada por Delgado.
Foto: Institute for Exploration/Center for Ocean Exploration at the University of Rhode Island/NOAA Office of Exploration and Research

Sin embargo, aquella imagen y lo que dejó entrever Delgado siempre ha ido en contra de lo que investigadores y expertos científicos han asegurado. El mismo director James Cameron, uno de los exploradores que ha descendido hasta los restos del navío (hasta 33 veces), ha asegurado en numerosas entrevistas que nunca vio un solo atisbo de restos humanos:

No he visto restos humanos. Hemos visto ropa. Hemos visto zapatos. Hemos visto pares de zapatos, lo que sugeriría fuertemente que hubo un cuerpo allí en algún momento. Pero nunca hemos visto restos humanos.

Paul H. Nargeolet, un piloto de minisubmarino francés que ha visitado el Titanic 30 veces (el segundo buceador con más experiencia, después de Cameron) también dijo que nunca había visto restos humanos.

Lo que Cameron y Nargeolet vienen a decir es lo mismo que aseguran buceadores experimentados, quienes ponen muy en duda que los cadáveres yazcan intactos en compartimentos inexplorados del deteriorado barco. ¿La razón? Un cúmulo de circunstancias.

El baño parcialmente derrumbado del Capitán Edward Smith.
Foto: Dominio público.

El destino de los restos humanos del Titanic

La primera de todas, y posiblemente la más importante, tiene que ver con los chalecos salvavidas que usaron la mayoría de los pasajeros y tripulantes que se encontraban en el Titanic cuando tuvo el fatal desenlace. Queda bastante claro que no cumplieron con su cometido de mantener a salvo a las personas, quienes fueron arrastradas hacia el mar por el viento y las olas pero, irónicamente, una vez que sus ocupantes fallecieron, sí permanecieron flotando.

A partir de aquí, los historiadores hablan de una tormenta que siguió al hundimiento, y que muy probablemente arrastró y esparció rápidamente los cuerpos del lugar del naufragio a decenas de kilómetros de la “zona cero”, mientras que las corrientes oceánicas hicieron el resto llevando aún más lejos los cuerpos. 

¿Y las personas que quedaron atrapadas dentro? En cuanto a los cuerpos atrapados entre los restos del navío, con el paso del tiempo fueron desapareciendo como consecuencia de la acción de los carroñeros de aguas profundas: peces y otros organismos. En las profundidades del mar, un factor principal que gobierna la descomposición es la cantidad de oxígeno disuelto en el agua de mar circundante. Cuando es abundante, el oxígeno favorece la respiración de estos carroñeros. Las corrientes que atraviesan las profundidades globales constantemente suministran oxígeno fresco que puede energizar ejércitos de gusanos, peces y otros organismos extremadamente hambrientos.

Parte del naufragio del Titanic.
Foto: Dominio Público.

Por cierto, en este punto, los investigadores recuerdan que otras “pieles” como el cuero no son precisamente el manjar que buscan estos carroñeros, de ahí que se hayan encontrado sandalias intactas o similares en antiguos naufragios.

¿Y los huesos humanos? ¿Ni uno solo se ha podido encontrar? La respuesta a esta pregunta la daba el explorador de aguas profundas Robert Ballard hace unos años:

El problema con el que hay que lidiar es que, a una profundidad inferior a unos 914 metros, se pasa por debajo de lo que se llama profundidad de compensación de carbonato de calcio. Y el agua en las profundidades del mar está subsaturada de carbonato de calcio, que es principalmente, ya sabes, de qué están hechos los huesos. Por ejemplo, en el Titanic y en el Bismarck, esos barcos están por debajo de la profundidad de compensación de carbonato de calcio, por lo que una vez que los bichos comen su carne y exponen los huesos, los huesos se disuelven.

Es posible, o al menos cabe la posibilidad, de que en aquellas partes selladas del barco, como la sala de máquinas, donde es factible que no haya podido entrar el agua fresca rica en oxígeno de la que dependen esos carroñeros, todavía contenga algunos restos de cuerpos preservados. 

Reloj de bolsillo recuperado de una víctima desconocida del desastre. Se había detenido a las 02:28, pocos minutos después de que su propietario acabara en el agua.
Foto: Dominio Público.

En cualquier caso, es una posibilidad extremadamente remota, dado que han pasado más de 100 años del hundimiento del barco. Por supuesto, la idea de que podamos encontrar restos reconocibles parece cada vez más improbable. 

Pocos años después de que se encontraran los restos del Titanic, los exploradores de aguas profundas comenzaron a reunir artefactos y a sugerir la cuestión de los restos de los cuerpos. De hecho, una expedición encontró lo que parecía ser un anillo de matrimonio y parte de un dedo humano mientras exploraba un campo de escombros. Se dice que estos exploradores decidieron volver a enterrar el hallazgo y declarar el área fuera de límites.

Por su parte, la agencia oceánica especificó hace tiempo que, en efecto, las áreas internas del casco del Titanic “pueden no estar expuestas” al ambiente circundante y, por lo tanto, tener bajos niveles de oxígeno, un estado conocido como anoxia:

Estos ambientes aislados crean una condición de estasis donde se sabe que la presión constante, las bajas temperaturas, la falta de flujo y los niveles de agua anóxicos preservan la materia orgánica durante siglos.

Una idea latente que jamás se ha verificado con datos sobre el terreno y que, dadas las dificultades de que algún día se llegue a ellas, y del tiempo que ha pasado, hacen de este encuentro altamente improbable.

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