Las fotos de Manu Brabo (Zaragoza, 1981) son como sopapos. Te espabilan y te agitan, te llenan de ira, te incomodan. También te conmueven. A pesar de su juventud, este fotoperiodista de guerra lleva en la mochila el peso de haber esquivado muchos tiros, de haber visto ya demasiados muertos e incluso de haber sufrido un secuestro por parte del ejército de Gadafi. Sabe que sus fotos no pararán ninguna guerra, pero aspira por lo menos a que nos conviertan, a los que vivimos sin bombas, en ciudadanos comprometidos. Tarea difícil.

Y dentro de esa aspiración, estos días enseña parte de su obra en su primera exposición en solitario, Un día cualquiera, que National Geographic ha traído al museo madrileño La Neomudéjar. Allí está su particular visión de algunos de los conflictos más trascendentes de la última década: Libia, Siria, Egipto, Irak… con las personas como protagonistas casi exclusivos. Y allí está, también, una de las fotografías que le sirvió para ganar el premio Pulitzer en 2013.

Tuvimos la suerte de visitar la muestra con él. Nos espera en la puerta. Parece más un grafitero que un premio Pulitzer de fotografía: chupa de cuero, gorra desgastada, un aro en la oreja, vaqueros y botas. Nos aprieta la mano mientras apaga el cigarro y entramos. Mientras recorremos la expo, nos detenemos en algunas de las imágenes más sobrecogedoras. Te advertimos que algunas pueden herir tu sensibilidad. De eso se trata.

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Manu Brabo

Casi en la puerta nos recibe una de las imágenes más demoledoras: "Esta foto forma parte del trabajo con el que varios fotógrafos de la agencia Associated Press ganamos el Pulitzer en 2013. Es un papá que llora el cadáver de su hijo. La tomé enfrente del hospital Dar El Shifa en Alepo (Siria), donde estaba instalado porque no había muchos sitios donde quedarse. Esto es por la mañana temprano, estaba desayunando con los doctores y vi entrar a un señor, que no es este hombre, que traía al niño. Después entró otro hombre agobiado buscando a alguien y lo mandaron a la precaria sala de operaciones. Al rato lo vi salir con el cadáver del niño en brazos. Son de este tipo de fotos que predices un poco. Salí fuera, sabía que el tipo en algún momento se iba a romper y traté de hacer la foto de la manera más quirúrgica y precisa que pude".

¿Y cómo se consigue eso cuando tienes delante una escena como ésta?
No sé si se consigue o no, pero yo siempre me planteo lo mismo. Si yo fuera este padre seguramente me hubiera levantado y le hubiera pegado dos zapatazos al fotógrafo, que soy yo. Pero bueno, siendo consciente de que tu trabajo implica muchas veces meter las narices donde no te llaman y ser un elemento incómodo, pues tratas de medir bien, de componer y de hacer las cosas lo mas rápido posible para que este señor pueda seguir con su tragedia sin que yo le moleste.

¿Cómo logras alejarte emocionalmente de lo que hay al otro lado de la cámara? Entiendo que si no no podrías trabajar.
Cuando trabajo soy como un cirujano. Me preocupo de la luz, de la composición, busco el momento en el que el gesto y la expresión corporal me cuenten más cosas... estar pendiente de todo eso es lo que me hace establecer esa distancia emocional. Pero se acaba cuando descargas las fotos en el ordenador y te das cuenta de la realidad por la que tu cuerpo ha ido pasando sin tu alma. Luego se reenganchan y es cuando te jode vivo.

Esta foto creo que explica bien aquella frase de Robert Capa: "si una foto no es lo suficientemente buena es que no estabas lo suficientemente cerca". ¿Esto lo llevas a rajatabla?
Sí, pero creo que esa frase siempre ha estado mal entendida. Creo que Capa hablaba de una distancia emocional, no física. Para acortar las distancias físicas tienes que hacer un recorrido emocional hacia la otra persona y la otra persona hacia ti. Se trata de empatizar, de conseguir saltarte todas esas barreras y entenderte como persona, ahí es cuando tienes acceso a este tipo de imágenes. Para que yo consiga estar ahí me he tenido que ganar la confianza de todo el hospital, que es el que me acoge: doctores, voluntarios y miembros del Free Syriam Army que son los que cuidan el hospital. Ellos ya me conocen, conversamos, tomamos té... yo siempre digo lo mismo, paso más tiempo tomando té que haciendo fotos. Apretar el obturador es el 10% de mi trabajo. ¿Seguimos?

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Manu Brabo

"Esto es Sirte, dos días después de que termine la Guerra Civil de 2011 en Libia. Es la ciudad natal de Gadafi, donde le capturaron. Yo llevaba mucho tiempo viendo estos paisajes infernales, que parecen casi pintados por El Bosco, con ganas de tener tiempo y tranquilidad para poder hacer una serie de fotos que encuadraran un poco la historia. Se había acabado la guerra, llevaban dos días de paz y decidí volver a Sirte para poder hacer un poco estas tomas que durante la guerra no podías escoger muy bien porque si te ponías en medio te pegaban un tiro. Pude trabajar con esa calma, que a mí me gusta. Vista así la ciudad, con todo ese agua, es un poco como una Venecia infernal".

Esta foto está muy relacionada con Gadafi, no sé si estás ya cansado de que te pregunten por...
¿El secuestro? Pues un poco, la verdad.

Pasamos página, no te preocupes.
No, hombre. No vas a ser tú el que no se lleve la respuesta. Pero me lo ha preguntado todo Cristo.

Imagino. Pero más que el momento en sí, me gustaría saber años después cómo crees que te cambió aquello.
Creo que me cambió para bien. Cuando uno es consciente de su propia fragilidad también es mucho más consciente de la fragilidad de los que le rodean y esto me ayuda mucho a empatizar con la gente que es objeto de mi trabajo. Y en mi vida personal me ha servido para relativizar determinadas tragedias de lo cotidiano. Cada vez que pasa algo chungo pienso que siempre podría estar peor.

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Manu Brabo

"Esta foto es de mi primer día de trabajo en Alepo. Es un miembro de la milicia que después me dará cobijo durante meses. Es el día de nuestra presentación. Le han hecho una emboscada a un carro armado del ejército sirio de Bashar al-Ásad y le han disparado con un RPG pero no les ha salido muy bien así que están saliendo todos por patas. Yo estoy en el suelo escondido detrás de una esquinita. Es una imagen bastante de película, es una iconografía bastante identificable, bastante espectacular".

¿Cómo haces para camelarte a esta gente y poder hacer la foto desde ahí?
Qué se yo, hablas de fútbol, de chicas, de lo que habla todo el mundo, si es que al final todos somos iguales, tío. Además si eres español pasa una movida muy graciosa: "Español, ¿Real Madrid o Barcelona?". Esta pregunta me la han hecho hasta el día que me secuestraron, después de darme más hostias que al leches. Estaba en una casa, en Brega, que es como la base de esa escuadra del ejército que a mí me pilló, me dieron de hostias, me tenían con las manos atadas a la espalda en el sofá, de repente uno de mira mi pasaporte y dice: "Español, ¿eh? ¿Real Madrid o Barcelona?"... tu puta madre, del Sporting.

¿De qué foto te sientes más orgulloso en tu carrera?
No sabría decirte. Esto es como que te hagan elegir entre tus hijos. Siempre tienes uno favorito, pero no vas a decir cuál. No lo sé, la verdad. Hay fotos que han funcionado muy bien, como la primera que hemos visto, la del papa con el niño. Es una foto que al día siguiente o dos días después, cuando abrí el email en Turquía estaba lleno de gente de países diferentes que me decían que les había tocado mucho... Esas fotos que producen una reacción en la gente son de las que más orgulloso estoy.

Te has visto envuelto en situaciones muy jodidas, ¿cuesta mantener determinados principios en según qué casos?
Es que no podemos funcionar allí aplicando la ética con la que vives aquí. Esto no te hace ni mejor ni peor ni más ni menos salvaje, simplemente es supervivencia. Hay una cosa que por un lado me divierte y por otro lado me irrita que es cuando la gente dice: "es que este señor habla de la guerra con una frialdad..." Señores, ha sido mi hábitat durante mucho tiempo, permitidme el lujo de que lo haga. Y si no, pues te vas allí unos meses y luego cuando vuelvas me cuentas.

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Manu Brabo

"Esto es una zona de Sirte, el frente sudoeste. Lo llamaban las 400 ó 500 casas, o algo así. Era un barrio bastante bien de allí, un poco como la Moraleja de Sirte. Y la Moraleja estaba hecha un cromo. A mí esas texturas la verdad es que me molan un montón. Es una zona que está de camino al frente y hay mucho trajín, gente que corre para atrás como el de la imagen, y gente que va con munición para adelante. Y dices, voy a jugar un poco a ver qué pasa. Es la última batalla de la guerra de Libia y aquí ya andaba yo como Pedro por su casa. De hecho he vuelto a Libia el año pasado y me he encontrado gente que me reconocía desde 2011: ¿no eras tú el que llevaba una flor en el casco?. Y yo, hostia pues sí. Desde 2011".

El encuadre es un bombazo, supongo
Sí, es un zapatazo, diría que es un mortero. Cuando no revientan bien hacen una movida que los ingleses lo llaman la zarpa del oso, porque parece un zarpazo de oso. Si te fijas, el agujero es como la huella y alrededor se ven los arañazos.

¿Cómo es una guerra desde dentro? Por muchas imágenes que tengamos, los que no hemos estado allí ni podemos imaginarnos lo que es aquello.
Pues mira, tienes esto y luego tienes cosas increíbles como que la normalidad acabe volviendo de alguna manera al entorno. El último día que estuve en Siria, salía del frente donde estaban intentado tomar un cuartel de artillería, y estaban dándose allí la del atún. Pues dos manzanas más atrás estaban unos niños jugando al fútbol. Son de estas contradicciones que tiene la guerra, ves que la gente quiere vivir, y abre su puesto en el mercado y juegan al fútbol y tratan de dar clase. Es la única parte que creo que es estimulante de todo lo que rodea a esto.

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Manu Brabo

"A mí lo que me hace gracia de esta foto es el teletubbie que le mira desde abajo a la derecha. Es que yo les llamo los teletubbies. La está mirando como diciendo: ¿y está dramática?, ¿a qué tanto drama? Esto es en una mezquita que hay en El Cairo donde los seguidores de los Hermanos Musulmanes acamparon durante meses cuando se levantó el ejército contra el presidente Mohammed Morsi. Era Ramadán y todas las tardes tenían la plegaria, las mujeres árabes son unas mujeres muy sentidas y en seguida lo exteriorizan, básicamente esto es un rezo".

¿Esta mujer no ha perdido a nadie?
No. es simplemente un rezo, la acumulación de la presión, de los nervios, de las broncas y los enfrentamientos antes del desalojo y un poco la desesperación y el lamento a Alá: échame una mano primo que estamos jodidos, tronco, no me olvides.

¿Qué dicen de ti tus fotos? Alguien que solo te conozca por tu trabajo, ¿qué sabe de ti?
No tengo ni puta idea. Lo que sé es que es la parte en la que me vacío, en la que meto mis esperanzas y mis desesperanzas, una parte muy personal, del alma, poco racional. Pero no me gusta mucho ni juzgar mis fotos, ni juzgarme a mí por mis fotos.

¿Te cuesta trabajo no tomar partido? ¿La objetividad existe?
La objetividad es una charranada, que dicen en mi pueblo. Existe la honestidad. Esto es un lenguaje fotográfico, alrededor de la foto también pasan cosas, y en el momento en el que yo decido contar esto, lo que se ve, ya es algo subjetivo. Es mi punto de vista. Lo que tengo que hacer es ser honesto con ese punto de vista. Yo creo en la honestidad, la objetividad es una falacia. Es así.

Estoy de acuerdo
Más te vale (se ríe).

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Manu Brabo

"Estos son los campamentos de verano del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), (se ríe). El año pasado estuve unos días con el PKK en las montañas, esto es en Irak, pero justo detrás de ese monte que ve es Turquía, y detrás del monte de la derecha está Irán. Es la zona de influencia del PKK. Están de maniobras, por el monte, patrullando su zona, y capté este momento que es como de campamento de verano. Estaban cantando, recuerdo que me hicieron cantar canciones asturianas, iba con un compañero finlandés que también cantó, yo escuchaba la música finlandesa y decía madre mía, me va a tocar a mí en algún momento. Así que nada, no me acuerdo que barrabasada les cantaría pero les canté. Ahí están por la noche en su habitad, por decirlo de alguna manera. La verdad que los del PKK me caen simpáticos".

Hablando de música, he leído que te ayuda a darle un hilo conductor a tu trabajo
En muchos trabajos sí, me gusta identificarlo con algún tema, me ayuda a darle ritmo.

¿Qué disco o qué canción en concreto deberíamos ponernos en los auriculares para ver esta exposición?
¿Conoces el Atom Heart Mother de Pink Floyd? Pues póntelo y vete paseándote por las fotos poco a poco. Vas a flipar.

¿Crees que todo es fotografiable? Si hay un límite, ¿dónde lo pones tú?
El límite lo pongo cuando alguien no quiere aparecer en esa foto. Cuando tengo muestras claras de que ese señor no quiere mi presencia ahí y no necesita mis imágenes, no las quiere o incluso le ofende. Ese es mi límite. Luego, los límites de lo publicable ya no me toca ponerlos a mí. Pero obviamente hay autocensura. Las macarradas que se ven por ahí... la gente se muere de formas muy jodidas.

Y tú, ¿cuántas veces has temido por tu vida?
Muchas, muchas. Pero en el trabajo, en la carretera o algún aterrizaje de algún avión. Eso te lo dice el cuerpo, cuando se siente en peligro te saltan las alarmas.

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Manu Brabo

"Esto es el reflejo en un charco de unos críos que están en Azaz, dentro de Siria, justo antes de la frontera con Turquía, en el norte de la provincia de Aleppo. Durante ese tiempo estuve un poco parado, me tuvieron en cuarentena porque la cosa ya se estaba poniendo muy chunga con el Estado Islámico y no me dejaban entrar a Alepo, con lo cual estuve muchos días trabajando en este campo de desplazados. Me gustó mucho como a ese chaval mayor que tendrá 14 o 15 años, parece que ya le pesa la situación, que es consciente de toda la mierda que está viviendo. Es una sombra más pesada, más agarrada al suelo, más encorvada. Los otros chavales, siendo víctimas de la misma situación, están un poco a hacer el pijo, a jugar, es una sombra más abierta, el último me recuerda a..."

¡Peter Pan!
Sí, tío. Es como... "me atacan los piratas pero es todo de coña". El otro me da la sensación de que es jodidamente consciente, ya no sé si de su propio futuro o del de los chavales van tras él.

Te gusta mucho encuadrar utilizando encuadres que ya existen en la propia foto.
Sí, el cuadro dentro del cuadro está bien, ayuda bastante. Todos los reflejos, mirar a través de agujeros, tampoco la realidad va a ser siempre plana.

¿Hasta que edad te planteas seguir yendo a las guerras?
Hasta que me canse. Este año por ejemplo sólo he estado en guerra tres semanas en Ucrania. Y en terreno habré estado siete semanas. Este año toca descansar, aprender a llevar peso, porque al final todo esto pesa, hay que pillar fuerzas y otro año volveré. Y el día que no me motive, que me canse, que yo que sé cuando será, pues chao. Igual que he dejado otros trabajos.

Si pudieras viajar en el tiempo, ¿qué época del mundo o qué acontecimiento te hubiera gustado fotografiar?
No lo sé... yo creo que Woodstock tío. (Se ríe).

Y lo mismo ni hacías fotos, ¿no?
Seguramente no.

Exposición 'UN DÍA CUALQUIERA', de Manu Brabo

¿Dónde? En el museo La Neomudéjar (c/ Antonio de Nebrija s/n. Madrid)

¿Cuándo? Desde ya hasta el 3 de diciembre.

Precio: entrada general, 5 euros. Reducida, 4 euros.

Más información: en www.nationalgeographic.es y en www.laneomudejar.com.

No te olvides: Llevarte los auriculares y pasear por la expo mientras escuchas Atom Heart Mother de Pink Floyd.

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