No puedes usar el claxon cuando quieras. Las sanciones llegan hasta los 200 euros. Su función principal es la de alentar de un peligro a otros conductores de la vía. No obstante, todos lo utilizamos casi siempre de forma incorrecta, ya que estamos acostumbrados a tocar la bocina del coche cuando, por ejemplo, vemos a un amigo o amiga en la calle, para avisar a otro vehículo de que el semáforo se ha puesto en verde, para quejarnos…

La segunda mano está disparada, comprarlo nuevo está al alcance de muy pocos, y las restricciones a los vehículos de combustión cada vez aumentan más. Pero algunos necesitamos un coche, por el motivo que fuere. Durante mi proceso de búsqueda y adquisición de un coche de segunda mano me he ayudado de la app miDGT. Junto a Mi Carpeta Ciudadana, es una de las mejores aplicaciones de la administración, y me ha ahorrado más de un quebradero de cabeza en el tedioso proceso de hacerme con el vehículo perfecto para mí.

No estamos muy acostumbrados a la nieve, así que estos días viene bien recordar que existe un código de colores mediante el que se indica a los conductores si pueden o no circular y en qué condiciones.

La baliza envía su primera señal 100 segundos después de que la active el usuario, una vez adquiere mediante GPS la posición con una precisión de al menos 5 metros. Este mensaje se repite cada 100 segundos hasta que se apaga. Entre los datos más sensibles se incluyen el identificador único de la baliza registrado por el fabricante, identificador de la celda de la red móvil a la que está conectada, nivel de cobertura, nivel de batería y geoposicionamiento. La baliza puede confirmar al usuario que ha completado el envío de la petición de auxilio.

De imágenes cruentas a asépticos reclamos informativos, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha probado de todo para promover la prudencia al volante. Pero su campaña más recordada era amable, simpática y, por usar lenguaje de 1985, año en que se estrenó, incluso marchosa. Su objetivo era alertar del peligro de conducir bajo los efectos del alcohol y tuvo al músico estadounidense Stevie Wonder como protagonista. Su eslogan traspasó el mundo de la publicidad y llegó a la calle; a todo el mundo se le dibujaba una sonrisa al tratar de imitar a Wo