No nos engañemos, por mala fama que tenga en este país el oficio de comercial o vendedor (solo hay que mirar los nombres que va adquiriendo el puesto a lo largo del tiempo), la empresa nace para vender. Con ventas hay inversiones. Con ventas hay (o puede haber) subidas de sueldo. Con ventas hay innovación. Sin ellas hay EREs, reducciones de plantilla, ajustes económicos y quejas generalizadas. Y las ventas no son fáciles de conseguir.