Tras un enfrentamiento bélico o un desastre natural, vienen las terribles cifras. Cuantificadas normalmente con cuatro datos: supervivientes, muertos, heridos y desaparecidos. Lamentablemente, gran parte de este último apartado suele pasar a engrosar el número de muertos, pero en ocasiones, como si de un milagro se tratase, aparecen sanos y salvos… años después. Esta es la historia de los japoneses Shoichi Yokoi y Hiro Onoda, el taiwanés Teruo Nakamura y el alemán Georg_Gaertner.