Durante décadas, los salarios han mantenido una tendencia constante y dominante como parte del PIB en los países desarrollados. No obstante, en los últimos años se ha observado una pérdida de peso de las rentas del trabajo en beneficio de las rentas del capital, un giro brusco que ha logrado focalizar la atención de parte de las instituciones y expertos, por los preocupantes efectos que puede tener sobre la sociedad. Además, la caída de los salarios sobre el PIB resulta una evidencia más de la creciente desigualdad de rentas.