Los investigadores estudian su disciplina y no necesariamente saben cómo han cambiado otras. El área de la psicología que estudia el género ha pasado de concebir los sexos como dos extremos, a entender que no se puede clasificar a la gente en un dominio bidimensional. Hay gente que trabaja desde una perspectiva biológica y todavía intenta relacionar una hormona, la testosterona, con toda la psicología masculina. Esto solo tiene sentido en un modelo antiguo de la masculinidad que consiste en un paquete cerrado, pero no funciona en una persona.