La idea de comunismo ha sido una poderosa idea fuerza de signo positivo–una Idea de primer orden– que ha polarizado, a su favor o en su contra, a todas las sociedades políticas de los dos últimos siglos. Sin embargo, su sentido no es uniforme o unívoco. No es lo mismo el «comunismo libertario», de estirpe bakuniniana, de los anarquistas españoles que se abstuvieron en las elecciones parlamentarias de los años treinta, que el «comunismo marxista» estatalista, que buscaba la conquista del Estado por la clase obrera, ya fuera por la vía pacífica