Imagínate despertar un día cualquiera y darte cuenta que no puedes encender la luz, ni poner la lavadora, ni encender el móvil, ni escuchar la radio, ni ver la tele, ni cargar la batería del coche, ni mucho menos conectarse a internet. Nos parece imposible de concebir, dado que nos hemos criado con ella. Para ti y para muchos de nosotros toda la magia de la electricidad consiste en apretar un simple interruptor.