La falla del Atlas se elevó entre 50 y 100 kilómetros

J. de Jorge MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Los equipos recuperan un cuerpo de una casa en la aldea de Quirgane.
Los equipos recuperan un cuerpo de una casa en la aldea de Quirgane. HANNAH MCKAY | REUTERS

10 sep 2023 . Actualizado a las 19:58 h.

El fuerte terremoto en Marruecos fue provocado por la ruptura de una falla de la cordillera del Atlas, el límite de dos placas tectónicas, la africana y la euroasiática. Se trata de un tipo de falla llamada inversa, que eleva el terreno hacia arriba y es capaz de generar montañas.

«Este tipo de sismos ocurren en zonas montañosas, sin avisar y donde se han borrado los indicios geológicos que indican que pueden producirse, lo que hace que nadie los espere», explica Raúl Pérez López, geólogo de emergencias del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Este factor, junto a la debilidad de las construcciones y la poca profundidad del sismo, ha contribuido a que la sacudida, con epicentro a pocos kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech, haya resultado tan catastrófica. Los terremotos se producen por el deslizamiento de un plano de falla. En los normales, este movimiento ocurre hacia abajo, a favor de la gravedad. Pero en los inversos, el terreno sube levantando la topografía. Son habituales en las cordilleras, donde las montañas siguen creciendo. Como es imposible comprobar sus efectos por el cambio del terreno, algunos geólogos llaman a este tipo de seísmos «los chicos malos».

Precisamente así se formó la cordillera del Atlas. «En este caso el terreno puede haberse movido entre 50 y 100 km de longitud. En el gran terremoto de Turquía, se desplazó 300 km», señala el investigador. El gran problema es que esta falla ha actuado sin avisar. Nadie esperaba algo tan intenso. «Había una expresión geológica, pero no sísmica», dice Pérez López.

Carlos González, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), califica el sismo de «anómalo». «Históricamente no se tenían datos de terremotos de esa magnitud en la zona. Los más fuertes hasta la fecha habían llegado a 5 en áreas cercanas», apunta. Para González, uno de los motivos de por qué este terremoto ha sido tan catastrófico es que ha sido superficial: la fuente se encuentra a entre 15 y 20 km de profundidad. «En Granada se produjo en el 2010 uno de 6,3 y no se sintió porque estaba a más de 600 km», recuerda.

La otra razón que ha jugado en contra es el tipo de construcciones. «En la zona no ha habido sismicidad histórica y no está en la memoria de la gente, por lo que no van a construir casas preparadas para evitar estas sacudidas. Si además los materiales son de adobe, tenemos la combinación perfecta para que se produzca un elevado número de víctimas», añade el geólogo del IGME.