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Opinión - Cuando Feijóo despierte, Sánchez seguirá ahí. Por Esther Palomera

Todos los grupos vapulean al PP en el Senado tras renunciar al conflicto contra el Congreso por la amnistía

La portavoz del PP en el Senado, Alicia García, junto al secretario general, Javier Arenas, en el Pleno de este jueves.

Aitor Riveiro

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“Ridículo”. “Cooperadores necesarios”. “Filfa”. “Tomadura de pelo”. “Esperpéntico”. “Empanada mental”. “Insolación”. Son solo algunas muestras de las expresiones utilizadas este jueves por los senadores ante la convocatoria urgente del PP para que el Senado “suspenda” el conflicto de atribuciones contra el Congreso que había promovido el partido de Alberto Núñez Feijóo para intentar paralizar la ley de amnistía. Llegado el momento de recurrir al Tribunal Constitucional, el PP ha reculado para diversión (y enfado) de los demás grupos.

El PP ha movilizado a la Cámara Alta durante meses para intentar detener la ley de amnistía antes de su aprobación final en el Congreso, prevista para final de mes. Los de Feijóo han convocado a expertos, han solicitado informes al Consejo General del Poder Judicial que mantienen bloqueado desde hace más de un lustro, han reclamado dictámenes jurídicos 'ad hoc' a los letrados de la Cámara para tachar de ilegal el trámite parlamentario seguido por la Cámara Baja y han convocado plenos extraordinarios para avanzar en la impugnación de las actuaciones de la Mesa del Congreso.

Todo para nada, porque este mismo jueves el Senado ha “suspendido” por un periodo indefinido de tiempo el conflicto de atribuciones planteado. Y no parece que se vaya a reactivar antes de la aprobación definitiva de la amnistía, por lo que, de hecho, el Pleno de la Cámara Alta se ha impugnado a sí mismo.

Eso sí, casi solo con los votos del PP, porque la mayoría de los grupos ha optado por ausentarse de la votación para no acompañar a los de Feijóo en la decisión. El resultado: 143 'síes' (todos del PP, que tiene 144 senadores), un 'no' (de una senadora socialista) y dos abstenciones (de un socialista y de otro del PP). Estos tres últimos, todos por error.

Ni siquiera Vox ha acompañado al PP en su estrategia. Todo lo contrario, el partido de extrema derecha ha sido el primero en intervenir en el Pleno de este martes y ha atacado sin piedad a los de Feijóo por lo que consideran un “ejemplo de cómo el PP es incapaz de defender hasta el final el Estado de derecho, la legalidad y la unidad nacional”. La senadora Paloma Gómez ha lamentado que el PP diga “una cosa en campaña” para “hacer lo contrario tras las catalanas”. “Los votantes del PP en Catalunya ya han sido defraudados. Es la historia de siempre”, ha sostenido, para tildar a los senadores de la derecha de “cooperadores necesarios” del independentismo.

La de Vox ha sido una intervención dura con el PP. El resto de portavoces han transitado de la jocosidad al enfado en brevísimos discursos que han quedado lejos de consumir el tiempo reglamentario. Carla Antonelli (Más Madrid), les ha pedido que “acepten de una vez” que el supuesto conflicto de atribuciones “se ha terminado”. “Están haciendo el ridículo con la utilización espuria de la Cámara Alta”, ha zanjado.

Desde el PNV, Estefanía Beltrán de Heredia ha tachado el Pleno de este jueves, convocado de forma exprés este mismo martes ante el riesgo de que caducara el procedimiento, de “filfa” y “tomadura de pelo”. “Ustedes en ningún momento tenían intención de ir al Constitucional”, les ha espetado. “Lo han hecho porque tenían soplándole la oreja a los de Vox. Tenían que ganar tiempo. Han usado el Senado como su cortijo particular”, ha acusado.

En términos similares se ha expresado Josep Lluís Cleríes, de Junts, quien ha optado por expresarse en castellano en lugar de en catalán. “Cuando uno tiene mayoría absoluta y hace el ridículo, hace el ridículo absoluto”, les ha dicho, para tildar el proceso completo de “esperpéntico”. ERC Y EH Bildu han optado por no participar ni en el debate.

Y desde el PSOE, Francisco Fajardo sí ha aprovechado su tiempo para regodearse en la marcha atrás emprendida este jueves por el PP, a quien ha concedido el “derecho a hacer el mayor de los ridículos que se han visto en este Senado”. “Hay una empanada mental en los dirigentes del PP”, ha sostenido.

“Feijóo los ha dejado tirados, los ha utilizado como un clínex y los ha tirado a la basura”, ha dicho, para recordar el “gol por la escuadra en propia puerta” que supuso el informe de la Comisión de Venecia y que el PP ya no esgrime en su oposición a la amnistía.

“Ninguno de los diputados ha presentado un recurso de amparo” contra el trámite de la norma, les ha recordado el senador socialista. “Se les ha pasado el plazo”, ha hurgado, para recordar que “la letrada mayor” del Senado sí ha dado por “contestado el requerimiento” del Senado, en contra de lo que opina el PP.

“Están muy asustaditos. Están ustedes muy asustados porque no quieren ir al Constitucional porque saben lo que les va a pasar”, ha espetado Fajardo, quien ha tachado de “rabieta de niño chico” el escrito del PP, de cuyo “autor material e intelectual”, ha dicho, sufrió en su día “una insolación”.

El encargado de defender la postura del PP ha sido Antonio Silván. “La pregunta que nos tenemos que hacer todos es por qué estamos aquí”, ha comenzado, para solaz de los demás grupos que han aplaudido a rabiar porque una de las quejas ha sido, precisamente, el absurdo del Pleno de hoy.

“Sí, sí. Ríanse. Ríanse, ríanse, ríanse como 'hooligans”, se ha limitado a replicar el senador.

Silván ha acusado a la Mesa del Congreso de los Diputados de no haber “cumplido con su obligación” y de “saltarse las normas”. El PP alega que no es la Mesa la que tiene que responder al requerimiento del Senado para que el Congreso retire la proposición de ley de amnistía por ser una “reforma constitucional encubierta”, sino el Pleno. Y, como no lo ha hecho, el Senado no se da por contestado, pese a que los letrados de la Cámara sí consideran que se ha hecho.

El senador del PP ha defendido “dejar en suspenso el conflicto”, lo que “no significa” que renuncien “a la interposición de todos los recursos” posibles contra la amnistía. Eso sí, sin concretar ninguna. Ni el cómo ni el cuándo.

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