Austria jamás ha sido un país comunista, siempre ha sido un país que se escoraba hacia un modelo manifiestamente conservador, por no decir muy de derechas. Pero Austria si que ha demostrado ser un país educado y agradecido. En pleno centro de Viena, la bella y limpia capital del estado austriaco se erige una estatua enorme, que recuerda al Ejercito Rojo, el ejercito que entro en 1944 en la ciudad para limpiarla de la escoria nazi.